Las técnicas de teledetección se han desarrollado desde el lanzamiento del primer satélite de observación de la tierra en 1972. Aunque inicialmente fueron poco utilizadas debido al alto coste que significaba acceder a los datos, hoy en día el uso sistemático de imágenes satelitales es cada vez más aplicado en proyectos de diferentes disciplinas.
Aprovechando la radiación electromagnética como fuente de energía, los sensores remotos capturan una serie de datos que son procesados para obtener información sobre la superficie de la Tierra. La luz solar reflejada es uno de los tipos de radiación comúnmente medidos por los sensores.
Existe otro tipo de sensores capaces de controlar la frecuencia de onda de la señal que emiten ya que generan su propia fuente de energía. El sistema radar de apertura sintética SAR es un sensor activo que envía pulsos electromagnéticos a la tierra con el objetivo de registrar su retorno una vez este es reflejado por la superficie.
Una de las características más importantes de los SAR es que operan tanto de día como de noche. Por otro lado, las señales que utilizan estos radares trabajan en la banda del espectro electromagnético de las microondas. Esta característica le otorga una serie de ventajas muy importantes como la capacidad de atravesar nubes y otros fenómenos atmosféricos como la lluvía.
¿Qué es InSAR?
La Interferometría de Radar de Apertura Sintética (InSAR) detecta y mide el desplazamiento a lo largo del tiempo. Esta tecnología está basada en la comparación de múltiples pares de imágenes de radar. El primer paso es la generación de los interferogramas, donde se compara el patrón de interferencia de fase de las ondas de dos imágenes de una misma superficie, píxel a píxel. Esta diferencia representa la magnitud de desplazamiento entre las imágenes adquiridas en fechas diferentes. Posteriormente se aplican técnicas de procesamiento para remover el ruido y mejorar la calidad de las mediciones. Finalmente, el desplazamiento es representado visualmente sobre imágenes ópticas para interpretar fácilmente cuáles áreas se están o se han deformando a lo largo del tiempo de estudio.
Esta tecnología permite detectar y medir el desplazamiento del suelo y de la infraestructura en áreas extensas lo cual sirve para ayudar a prevenir accidentes ambientales, mejorar la seguridad y mantener el éxito operativo.